Mi interés en mi país, mi compromiso por que en México pasen las cosas,
está por encima del interés que pueda tener en mi propia carrera pública. No
quiero ir al Senado a hacer cálculos políticos, ni sumas a mi cuenta con el
dinero del pueblo. Voy a ser una senadora diferente porque con mis actitudes
buscaré, de manera permanente, que la gente llegue al Senado y que los
senadores acorten distancia con el pueblo.
Hoy veo a los legisladores de la Cámara Alta tan distantes como a aquellos
del Senado Romano: desconectados de la prole: de la gente, gozando en el
confort de su estatus. Quiero abrir el Senado a los ciudadanos, que los
senadores escuchen las voces que disienten, a los mexicanos que no están de
acuerdo con muchas cosas que están pasando. Como pueblo, yo sé que necesitamos
senadores sensibles. De entrada, escucharé a esos manifestantes que llegan a exponer
demandas legítimas, como quienes peleaban sus pensiones, como quienes vienen de
Tabasco a exigir que se liberen recursos, porque en su día yo salí a pedir la
reforma política. Tener a las personas ahí paradas, mojándose, sintiendo frío
demuestra una profunda insensibilidad que como senadora simplemente no me
permitiré, porque la gente debe entrar al Senado por la puerta grande.
A los senadores, el pueblo de México les paga un salario y muchas
prestaciones que están por encima de las que la ley exige. Por ejemplo, en el
2011, cada uno gozó de un seguro de gastos médicos mayores y cobró un aguinaldo
de 40 días. Yo que camino tantas comunidades, puedo dar algunos ejemplos de por
qué estas prerrogativas lastiman tanto a los mexicanos: ahorita hay una señora
enferma que no tiene 23 mil pesos para la diálisis de su hijo con insuficiencia
renal, de repente me encuentro una familia que tiene un niño que necesita un
clavo porque se fracturó, y en el hospital le hacen la operación pero no le
ponen el clavo, y como éstas, hay una gran cantidad de necesidades que tienen
mexicanos sin seguro de gastos médicos. Como senadora, no aceptaré privilegios
ofensivos para la gente. Yo hoy pago mi seguro de gastos médicos mayores de mis
recursos, ¿por qué llegando al Senado me lo va a pagar el pueblo de México? No
voy a aceptar que los mexicanos me paguen ese seguro, ni más de 500 mil pesos
en diciembre. Quiero ir al Senado a romper ese tipo de cosas, a levantar la voz
para que no las aceptemos, a negarme a que los senadores se alejen de la
realidad del pueblo a través de privilegios que les paga el pueblo.