Tres
propuestas al Senado
Mi agenda como Senadora
Desde el Senado, impulsaré, cabildearé y votaré siempre a
favor de los hidalguenses, pero ante todo quiero llevar una agenda propia,
breve y concreta, que mantenga en foco mis objetivos principales. En primer
lugar, banda ancha para todos: impulso a las tecnologías de la información y
las comunicaciones, impulso al tema tecnológico en términos generales. Como
segundo punto, políticos honestos: hacer de la transparencia, la rendición de
cuentas y el castigo a la corrupción un ejercicio cotidiano. El tercer punto de
mi agenda consistirá en buscar soluciones productivas a la pobreza, para
abatirla y no solo paliarla.
Aquí puntualizaré algunos aspectos del tema tecnológico,
pero seguiré revisando en este espacio rubros específicos de este asunto tan
interesante como extenso, que recientemente ha sido puesto sobre la mesa por la
OCDE.
Posteriormente, abordaré los otros dos puntos que llevaré al
Senado.
Banda ancha
para todos
Educación y tecnología
Para muchos mexicanos, la educación es fundamental en el
desarrollo de este país. Yo coincido. Para mí, educar se trata de dotar a cada
individuo de herramientas útiles para la solución de sus problemas cotidianos,
pero no solamente, pues educar también consiste en formar personas en valores
globales y universales.
La agenda XG de educación tiene que ver, desde luego, con
tecnología: telecomunicaciones, conectividad. Dado que a todo lugar donde llega
un poste de luz puede llegar una fibra óptica, es materialmente posible que
millones de mexicanos tengan acceso a un buen servicio de transmisión de datos:
a internet.
En materia de educación, las posibilidades que abre internet
son amplísimas. Baste aquí mencionar que podría abatirse el analfabetismo,
abrir la preparatoria y la universidad a distancia, facilitar el aprendizaje de
idiomas, capacitar en competencias laborales o formar especialistas en atención
remota.
·
Abatir el
analfabetismo. Los 8 millones de mexicanos que no saben leer ni escribir
podrían ser alfabetizados de manera remota, en una computadora o en una
tableta. Podríamos vencer el analfabetismo con tecnología: con banda ancha.
·
Preparatoria
y universidad a distancia. Internet abre, a quienes no puedan hacer la
preparatoria cerca de su comunidad, la posibilidad de hacerla en línea.
Nuestros estudiantes brillantes, nuestros mexicanos inquietos y deseosos de
superarse podrían hacer una carrera en línea, en buenas universidades. Hoy la
mayoría de las universidades estadounidenses abren sus cursos a través de internet.
·
Facilitar
el aprendizaje de idiomas. Mucha gente no puede pagarse un curso de inglés,
por ejemplo, pero sí podría acceder desde internet a tutoriales gratuitos, a
páginas especializadas en la enseñanza de idiomas. Miles de jóvenes podrían
conectarse y aprender español, inglés o el idioma que eligieran, por necesidad
o por gusto.
·
Capacitar
en competencias laborales. Hoy en México existen muchas regiones que ya no
son competitivas, como Ciudad Sahagún, que a lo mejor en su tiempo lo fueron
pero que en la actualidad contemplan el éxodo de empresas, como Bobardier; que
no se van a China o a otros países sino que —como Bombardier— se mudan a
Querétaro, entre otras razones, porque allá hay personal mejor preparado. El
acceso a un buen servicio de banda ancha sería la clave para capacitar a
trabajadores, como los de Ciudad Sahagún, en competencias laborales
específicas. La capacitación laboral acarrearía beneficios regionales, como la
permanencia o la llegada de nuevas empresas a zonas industriales; además de beneficios
personales, pues cada trabajador podría obtener un certificado de validez
incuso internacional, mismo que le daría movilidad a otros puestos de trabajo
mejor remunerados.
·
Formar
especialistas para atención remota. Por ejemplo, solo hay 400 radiólogos en
este país, por eso no pueden hacerse más mastografías. En Europa se imparten
cursos en línea para técnicos en radiología. Algunos institutos, como el
Nacional de Cancerología, invitan a cuarenta doctores que toman el curso de
radiología. El conocimiento de esos doctores posibilita la apertura de cientos
de puntos en el país, donde los jóvenes egresados de preparatoria puedan
capacitarse como técnicos en radiología. Esos técnicos, capacitados y
certificados, pueden interpretar radiografías en una primera instancia.
Cincuenta por ciento de las radiografías están perfectas, la otra mitad, puede
enviarse por internet a un grupo de expertos para su interpretación. Así
podríamos formar muchísimos más radiólogos en México y atender a muchas más
mujeres, pero con la banda ancha que hoy tienen los hospitales, esto no es
posible.
Otros beneficios de
tener banda ancha para todos
Para mí, la banda ancha es la puerta de entrada a muchas
ventajas para los mexicanos. La atención a la salud y la generación de empleo
pasan por que en este país se mejoren los servicios de comunicación y de acceso
a internet.
·
Atención
a la salud. A través de la telemedicina, es posible tener en observación a
todo paciente que lo requiera.
Especialistas podrían dar seguimiento a casos que se presentaran en poblados de
difícil acceso, ginecobstetras podrían solicitar el traslado de mujeres con
embarazos de alto riesgo desde días o semanas antes de la fecha prevista de
parto, técnicos podrían recabar información valiosa para la interpretación de
médicos que atenderían desde las ciudades. Desde luego, se necesita banda ancha
para el tráfico de esta información.
·
Generación
de empleo. Además de ofrecer una inmensa cantidad de alternativas a los
internautas autodidactas que deseen aprender algún oficio o profesión, internet
también es un gran centro comercial donde una página elaborada en casa, desde
una comunidad rural, desde un taller artesanal puede ser un aparador tan
atractivo como el que elabora una multinacional desde sus oficinas en cualquier
gran ciudad. De esta manera, una página que atraiga compradores, puede ser una
importante y constante generadora de empleos, pero es fundamental que esta
página no “se caiga”.
Un derecho por el
cual pagan los mexicanos, pero que no pueden ejercer
La Organización de los Estados Americanos (OEA) reconoce
como un derecho humano el acceso a la información, pero mucha gente no puede
ejercer ese derecho porque es muy costoso. Sin embargo, los mexicanos ya
pagamos mucho dinero por servicios de telecomunicaciones. De acuerdo con Taylor
Reynolds, economista de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), México está al final de la fila, entre los 30 países de la
organización, en cuanto a tarifas y velocidad en internet de banda ancha. “La
gente está pagando más de lo que debería por servicios de telecomunicaciones”;
mientras que en otros países socios de la OCDE, como Japón y Francia, los
suscriptores pueden adquirir servicios de internet con velocidades de hasta 100
megabits por segundo (mbps), la máxima velocidad anunciada por Infinitum, es de
2 mbps. (http://www.cnnexpansion.com/actualidad/2009/03/27/mexico-paga-por-malos-servicios-ocde).
A pesar de lo cual, hoy tenemos 80 millones de teléfonos
celulares en México: claro que los pobres tienen acceso a celular, lo que es
inconcebible es el costo que este representa. A cambio de esos 250 o 300 pesos
mensuales, cualquier suscriptor debería tener ancho de banda y un móvil
inteligente. Es absurdo decir que no lo pagan. Ya lo pagan hoy, pero a un costo
muy alto, por un servicio muy malo.
En cuanto al equipo a través del cual se accedería a
internet, 20 por ciento de los mexicanos trae ya un teléfono inteligente, las
computadoras valen desde 3 mil pesos, y es posible conseguir una tableta con
100 dólares. Por esto encuentro verdaderamente injusto pensar que solo los
privilegiados de las clases media y alta tengan derecho a internet. Totalmente
injusto.
Estrategias para
lograr banda ancha para todos
Para mí, el camino es arduo pero claro, ya que en primer
lugar debe fortalecerse la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) y
deslindarse muy bien los alcances de la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes, además de conciliar intereses con la iniciativa privada. Desde
luego, esto no es sencillo, pues demanda de una persona que tenga el
conocimiento técnico, la experiencia política para conciliar, pero sobre todo
la férrea voluntad para lograrlo. Esta persona se llama Xóchitl Gálvez, y para
lograr ancho
de banda para todos, debe llegar al Senado.