Indígenas de la comunidad de Dios Padre, inauguraron
simbólicamente un Jardín de Niños que dará servicio a la localidad, y
cuyo costo de construcción fue de 3 millones de pesos.
Los recursos fueron aportados por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, así como por las fundaciones Coca-Cola y Porvenir, de Xóchitl Gálvez.
Entre las personas que inauguraron la obra, que estuvo a punto de ser derribada por maquinaria contratada por el Gobierno del estado de Hidalgo, se encontraban los 19 padres de familia que fueron encarcelados por el delito de despojo, pues aseguran que el predio donde fue construida la escuela indígena era de un particular y no de bienes comunales.
Pese a que el conflicto legal aún no termina porque la Policía Investigadora, dependiente de la Procuraduría de Justicia estatal, sigue ejecutando las órdenes de aprehensión contra los padres señalados, el comité entregó hoy las llaves del inmueble a las autoridades de la Secretaría de Educación Pública local.
La exigencia de las familias indígenas es que el jardín se niños sea utilizado pronto para atender a los niños de la localidad y de la región que así lo demandan.
"A pesar de la persecución, a pesar de todo lo que ha pasado, aquí seguimos más fuertes que nunca y con el ánimo de seguir trabajando para el bien de nuestra comunidad" dijo Salvador Reséndiz, uno de los líderes de la agrupación.
Previo a la entrega oficial de estas instalaciones, personal del Sistema Estatal de Protección Civil supervisó la construcción sin que hicieran observaciones, aunque el representante de la Secretaría de Educación Pública del Estado expuso varias veces dudas en torno a la seguridad de la edificación.
Los indígenas aclararon que existen expedientes que comprueban que se hizo hasta la mecánica de suelo y otros estudios de ingeniería para poder construir esta escuela prototipo en México.
El plantel fue edificado mediante un esquema único donde fueran importantes tanto la tecnología como el cuidado del medio ambiente, con grandes ventanales que no representen riesgos y permitan la luz y ventilación natural en las tres aulas que albergarían a 30 niños en cada una.
Cada salón cuenta con una bodega y sanitarios para para niños y niñas.
La escuela tiene además areneros, áreas verdes, áreas de juego, una dirección, una sala de usos múltiples y su patio cívico.
Los recursos fueron aportados por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, así como por las fundaciones Coca-Cola y Porvenir, de Xóchitl Gálvez.
Entre las personas que inauguraron la obra, que estuvo a punto de ser derribada por maquinaria contratada por el Gobierno del estado de Hidalgo, se encontraban los 19 padres de familia que fueron encarcelados por el delito de despojo, pues aseguran que el predio donde fue construida la escuela indígena era de un particular y no de bienes comunales.
Pese a que el conflicto legal aún no termina porque la Policía Investigadora, dependiente de la Procuraduría de Justicia estatal, sigue ejecutando las órdenes de aprehensión contra los padres señalados, el comité entregó hoy las llaves del inmueble a las autoridades de la Secretaría de Educación Pública local.
La exigencia de las familias indígenas es que el jardín se niños sea utilizado pronto para atender a los niños de la localidad y de la región que así lo demandan.
"A pesar de la persecución, a pesar de todo lo que ha pasado, aquí seguimos más fuertes que nunca y con el ánimo de seguir trabajando para el bien de nuestra comunidad" dijo Salvador Reséndiz, uno de los líderes de la agrupación.
Previo a la entrega oficial de estas instalaciones, personal del Sistema Estatal de Protección Civil supervisó la construcción sin que hicieran observaciones, aunque el representante de la Secretaría de Educación Pública del Estado expuso varias veces dudas en torno a la seguridad de la edificación.
Los indígenas aclararon que existen expedientes que comprueban que se hizo hasta la mecánica de suelo y otros estudios de ingeniería para poder construir esta escuela prototipo en México.
El plantel fue edificado mediante un esquema único donde fueran importantes tanto la tecnología como el cuidado del medio ambiente, con grandes ventanales que no representen riesgos y permitan la luz y ventilación natural en las tres aulas que albergarían a 30 niños en cada una.
Cada salón cuenta con una bodega y sanitarios para para niños y niñas.
La escuela tiene además areneros, áreas verdes, áreas de juego, una dirección, una sala de usos múltiples y su patio cívico.
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